Paseo por la feria

Demasiado. La feria en el Jockey de hecho es más variada pero hay tanta gente como en una piscina pública, extrañé tremendamente la época cuando se realizaba en la avenida La Marina (donde ahora están Tottus y Sodimac). Ingresar a los stands es casi imposible, son unas combis llenas en hora punta. Los precios son razonables, realmente hay buenas ofertas y no sólo de libros, también discos, polos, libretas, posters, etc.
Encuentras los libros de moda, los caleta, los independientes, las prostitutas de la literatura y lo mejor de toda la feria: el stand del fondo editorial español que es un lugar donde puedes quedarte a leer un rato, ya que nada se vende, es sólo exposición (un poco frustrante a decir verdad porque tienen muy buenos libros).

El espacio de la ALPE es el más variado, el más joven, con publicaciones visualmente atractivas, con autores talentosos, noveles en su mayoría. Me llevé dos libros : “El pequeño y mugroso Pollack” (poesía – Lustra editores) de Bruno Pollack a sólo quince solcitos y “Cat Food” (cuentos – Borrador editores) de Pedro Casusol a veinte lucas (como el programa de canal siete).

A mi ñaño le regalaron un globito azul y una postal del fondo editorial de Cuba (con foto de El Che). Extraño fue no encontrar stands de la librería El Virrey este año. “Heridita” (mi pequeño fanzine) está en la feria gracias a la Librería Comentarios que nos ha incluido en la exposición y venta.
El programa es variado, ayer estuvieron presentando “Matadoras”, libro de cuentitos hechos por feminas a S/. 25, pudo ser. Pero preferí huir antes de ser asfixiada por un tumulto incontrolable de carne, pelos y voz.

Calificación de la Feria del libro: estrellita en la frente.