por: *Enrique Verástegui
En mi país la poesía ladra
suda orina tiene sucias las axilas.
La poesía frecuenta los burdeles
escribe cantos silba danza mientras se mira
ociosamente en la toilette
y ha conocido el sabor dulzón del amor
en los parquecitos de crepé
bajo la luna
de los mostradores.
Pero en mi país hay quienes hablan con su botella de vino
sobre la pared azulada.
Y la poesía rueda contigo de la mano
por estos mismos lugares que no son lugares
para filmar una canción destrozada.
Y por la poesía en mi país
si no hablaste como esto
te obligan a salir
en mi país
no hay donde ir
pero tienes que ir saliendo
como el acné en el cascarón rosado.
Y esto te urge más que una palabra perfecta.
En mi país la poesía te habla
como un labio inquietante al oído
te aleja de tu cuna culeca
te filma tu paisake de Herodes
y la brisa remece tus sueños
-la brisa helada de un ventilador.
Porque una lengua hablará por tu lengua.
Y otra mano guiará tu mano
si te quedas en mi país.
*Tomado de "En los extramuros del mundo"(1950) Enrique Verástegui nació en Cañete en 1950. Poeta y narrador fue integrante del movimiento Hora Zero. Entre sus obras destacan: Leonardo (1988), Ángelus novus (1989), Monte de goce (1991), Ética IV . Albus (1995).
II. UNA PROCESIÓN ENTERA VA POR DENTRO
**por: Rodrigo Quijano
5.
Después de patear cráneos vacíos en las calles
tomar cerveza entre tus dientes
y contar tus vértebras en las mañanas
después de lamer tu espalda
como si fueran cuentas de un rosario
o perlas sobre el pecho decorado del sicario,
ahora qué.
Así amanecí mirando al cielo
y desperté cubierta en mantos.
Yo era una virgen o algo así
provista de una pequeña estética
de admirar los cromos de los autos viejos
así me adelanté en la hornacina
y fui a caer de bruces en tus brazos.
Tus hombros y mis hombros eran todas las colinas
que circundan la ciudad que conocimos
y la ropa que lanzamos lejos
era como gente con el corazón vacío.
Juntos miramos el cielo
y vimos los jets en formación
y luego alzamos los brazos cansados.
Yo vi que tus costillas estaban completas
yo vi tu cuerpo
yo vi la muerte
yo vi el espacio
aquí adentro.
14.
1. Un lugar para pasar la noche,
o un lenguaje para conversar,
caminando en medio del desierto, o taladrando sueños
sin contenido
como ir durmiendo o mirando pasar las nubes sobre la noche
igual que un recolector perdido,
mirando sobre la oscuridad de las cabezas alzadas
o a través de una botella rota
hacia un horizonte de mínimos resplandores,
aunque murmurando nuevamente oraciones iluminadas
sobre los pastos de los pastos
haciendo medallones de los restos de tus antepasados
pronunciando nombres
pero en silencio como un vampiro Fantasmagórico
sobrevolando los sueños otra vez
y absorbiendo la sangre de sus propias muelas,
como si fueran las muelas rotas de otro y por eso
sin mayor identificación ni huella
de gente sin esperanza pero sin pena
repitiendo todavía
nuestros hijos, según oigo, no son un montón de huesos,
ni son siluetas cuidando el atardecer desde la procesión
ni repitiendo los pasos de nadie, sólo los nuestros.
2. Personas buscaban salidas sobre la superficie del mar,
nadando, pero pensando en silencio y con dificultad,
esperando que las aguas se abrieran como un par de labios
o como si pudieran pronunciar un rezo
estrecho y callado, aunque eficaz.
Personas miraban de frente hacia el cielo
en espera de la respuesta
pero la respuesta se hizo esperar
durante años.
Personas entraban jugando desde la orilla,
nadaban un rato y regresaban cansados a dormir la siesta,
mientras dormían la arena y el viento
los iba borrando.
Joven arqueólogo de estos mares
bucea en la arena buscando los restos
pero los restos son huesos y son arena
son cristales y tiernas manualidades, rosarios y cal
pero no cruces
las cruces aún no existían, sólo la arena.
Mismo Chavín o más bien misma Necrópolis,
nadie sabe de qué murieron.
Todos asumieron una posición, algo ambigua
pero esencialmente fetal frente a la muerte
trying to born again, carnal
aunque, pinche losers, la arena los fue tapando
durante años.
Sobre la cima de ese lugar
un hombre camina solitario pateando montículos de basura
radioactiva, luminiscente o decorativa
armado de un arma veloz, de un rayo paralizante,
de un alfabeto hecho de gestos,
de formas de transformar la pobreza
en otra.
3. No mucho más abajo
respiran con dificultad su muerte los muertos,
decorados de esqueletos, de moluscos y guijarros.
Esta arena, este viento que circula entre tus manos
es cristal de hueso puro, murano desestimado, aunque translúcido,
tristes poemas, puras baladas, puro ceramio.
(de "Una procesión entera va por dentro") Rodrigo Quijano (Lima, 1965) Ha publicado Una aproximación a Sarita Colonia (1986) -libro de circulación restringida editado en París- y Una procesión entera va por dentro (1998). Además del magisterio poético, su obra aparece en diversas antologías, se desempeña como curador y crítico de arte. (Tomado de : eldigoras.com)
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